miércoles, 14 de julio de 2010

«Aún hay falsas creencias sobre los alumnos con discapacidad» María José González Is, Experta en educación de niños con autismo

Ha colaborado en una guía para orientar a los profesores sobre cómo educar a estos niños, que se distribuirá con la vuelta al cole

«Aún estamos lejos de una auténtica inclusión de los niños con discapacidad en las escuelas», advierte María José González Is. Esta profesional de la educación de niños autistas ha participado en la elaboración de una guía de materiales destinada a orientar a los profesores vascos sobre cómo acercarse a ese objetivo. La publicación, resultado de la colaboración entre la Federación Vasca de Asociaciones a favor de las Personas con Discapacidad Intelectual (Fevas) y el Departamento de Educación del Gobierno Vasco, estará en los colegios a la vuelta de vacaciones. La sensibilización del alumnado es, a juicio de González Is, uno de los aspectos que se debe mejorar.



- ¿Qué significa y en qué consiste la inclusión educativa de los niños con discapacidad intelectual?

- Va más allá de la mera presencia física en las aulas: significa que todos los niños están participando realmente en ellas. Cuando hablamos de integración de estos alumnos, parece que asumimos que son algo externo, que viene de fuera. Este nuevo enfoque implica que ellos forman parte de la institución educativa tanto como los demás y tiene que ser el centro el que se adapte a las necesidades de cada uno. Es un concepto que viene de Inglaterra, donde este modelo de escuela cuenta con muy pocos estudiantes y mucho soporte, tanto de personal como de profesores, materiales y asesores externos. Aquí aún estamos lejos de lo que puede ser la verdadera inclusión.
- ¿Están estos niños bien integrados en los colegios guipuzcoanos?
- Están integrados; están más o menos incluidos. En Gipuzkoa no hay centros específicos para ellos, todos están en centros ordinarios. Desde ese punto de vista, se puede decir que están integrados. Lo que hay que garantizar es que puedan participar en todas las actividades escolares y que lo hagan. Yo creo que todavía tenemos trabajo por hacer. Por otra parte, observamos diferencias según el tipo o grado de la limitación. Es más fácil de entender para los profesores y para los compañeros la dificultad que se manifiesta en unos rasgos físicos. Todo el mundo lo comprende, y acepta y protege a ese niño. Pero hay otras que están más ocultas, como los trastornos del desarrollo, del espectro autista, de los que la gente todavía sabe poco. Está el síndrome de Asperger, aún más difícil de identificar como handicap, que cada vez se diagnostica más y es muy desconocido incluso por el profesorado. También influye la respuesta del propio niño.

- ¿Cuál es el mayor obstáculo para profundizar en la inclusión?
- Una de las mayores dificultades es el desconocimiento del profesorado, sobre todo acerca de los trastornos del desarrollo. En las escuelas de Magisterio los profesores se forman fundamentalmente en las materias que van a impartir, pero no son muy conscientes de que en un aula se van a encontrar con alumnos que tienen discapacidades físicas, psíquicas, sensoriales y del desarrollo. Hay cierta ignorancia y temor a no saber responder a las necesidades de estos estudiantes. La escasez en la dotación de material y personal supone otra traba.

- ¿Qué postura adopta el entorno social?
- A veces aún existen falsas creencias como que el hecho de tener en la clase un niño así va a bajar el nivel académico de todo el grupo. Eso no está en absoluto demostrado. Al revés, supone un reto para el profesor, que se plantearía nuevas formas de enseñar, nuevas metodologías, para llegar a todos los escolares: los brillantes, los medios y los que tienen más dificultades.

- ¿En qué cabe mejorar la situación actual?
- Hace falta adecuar la formación del profesorado y del resto de los trabajadores de los centros. Es necesario que en las escuelas de Magisterio todos los planes de estudio recojan el tratamiento al conjunto del alumnado, también al que presenta necesidades especiales. Hay que proporcionar conocimientos sobre toda la discapacidad al personal de apoyo educativo, a los logopedas, a cualquiera que desarrolle una labor en las aulas. Y a los administrativos, los que cuidan los comedores y los recreos, los conserjes, gente que juega un papel fundamental en un colegio. Otro aspecto mejorable es la dotación económica, de recursos. No estamos en una situación mala si nos comparamos con el resto del Estado, pero se necesita más personal de apoyo y especialistas. Las nuevas tecnologías proporcionan unos soportes estupendos para estos alumnos, pero son caras y el material adaptado es escaso. A menudo se requieren mesas, sillas, teclados o ratones adaptados, una pantalla táctil. Y hay que esperar a que quede alguna unidad libre.

- ¿Qué propone esta nueva guía de materiales para la inclusión educativa?
- Fundamentalmente, trabajar actitudes y valores. Ofrece un material sencillo de consulta para los profesores, con información y con pautas para sensibilizar a los alumnos. Orienta, por ejemplo, sobre cómo organizar una tutoría con ese objetivo. Además, incluye tres libros, uno por etapa educativa, con propuestas como cuentos, lecturas, películas o juegos de fácil acceso que fomentan una actitud positiva hacia las personas con discapacidad. Cada una de ellas va acompañada de una ficha que explica cómo trabajarla en el aula.

- ¿Cuándo podrán contar los profesores con ella?
- El material ya está listo para su distribución y, si no es ahora, calculamos que podrán disponer de él a la vuelta de vacaciones. El Departamento de Educación lo repartirá en todos los centros escolares del País Vasco a través de los Berritzegunes (centros de apoyo al profesorado). Las asociaciones que componemos Fevas nos hemos mostrado colaboradoras y los colegios pueden recurrir a nosotros para lo que necesiten.

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