lunes, 27 de septiembre de 2010

Popchilla, el Robot juguete con grandes orejas que ayuda al estudio del Autismo.


El autismo es un trastorno del desarrollo, permanente y profundo, que afecta a la comunicación, imaginación, planificación y reciprocidad emocional. Los síntomas, en general, son la incapacidad de interacción social, el aislamiento y las esterotipias (movimientos incontrolados de alguna extremidad, generalmente las manos). Su origen obedece a una anomalía en las conexiones neuronales que es atribuible, con frecuencia, a mutaciones genéticas. Si bien el autismo no tiene cura, se puede tratar perfectamente con resultados muy positivos y esperanzadores. Interbots, un departamento del Carnegie Mellon University’s Entertainment Technology Center, ha desarrollado un nuevo Robot Juguete llamado Popchilla, simpático y dicharachero, que se utilizará para estudiar el Autismo. Los niños con Autismo, incluso los niños con poco o ninguna habilidad verbal, podrán jugar con él y responder a las "emociones del Robot" que se comunicará mediante una combinación de gestos, expresiones y voz, así como también moverá graciosamente las orejas y las patas; sus ojos cambiarán de un verde amistoso a un rojo furioso, y abrirá y cerrará la boca cuando interpreta una canción...

Dentro de unas semanas, en otoño, se llevará a cabo un ensayo en el reconocido Centro de Austismo de Pittsburggh. Seema Patel, CEO y co-fundador de Interbots dijo: "Son numerosas las personas que nos manifiestan que nuestros robots podrían ser una tremenda herramienta para el tratamiento del Autismo. Estamos entusiasmados de trabajar con el Centro de Autismo de Pittsburgh. Creo que vamos a aprender mucho en los próximos meses.

Popchilla es un intermediario que impulsa la comprensión de los sentimientos internos del niño, reduciendo las frustraciones de comportamiento. Por ejemplo, si los niños son capaces de determinar cuando el Robot está "enojado" ó "enfadado", significa que podemos ayudar a entender sus sentimientos, disminuyendo las ramificaciones del comportamiento.

"Los niños con autismo tienen dificultades para reconocer las emociones en otros o en sí mísmos. Ello se enojan porque no saben lo que están sintiendo. Popchilla está ahí para facilitar la comunicación, y para algunos niños toda comunicación es buena comunicación. Tengo dos niños autistas en mi propia... Están enamorados de las animaciones por ordenador. Se sienten atraídos por los dibujos animados. Y desde luego prefieren ver dibujos animados que interactuar con humanos. Hemos probado con muchos niños, todos con diferentes niveles de severidad de autismo. En todo los casos el interés por el Robot era notorio, mientras que por un terapeuta era prácticamente nulo.", dijo Cindy Waeltermann, fundadora y directora del Centro de Autismo de Pittsburgh.



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