martes, 25 de mayo de 2010

Gran Bretaña cesa al médico que relacionó autismo con vacuna


Un médico que persuadió erróneamente a muchos padres en todo el mundo a negarse a vacunar a sus hijos contra el sarampión, las paperas y la rubéola por temor de que la inoculación causara autismo fue cesado el lunes en Gran Bretaña.

El consejo médico más importante del país concluyó que el gastroenterólogo Andrew Wakefield realizó su investigación de una forma no ética.

El médico fue el primer investigador en publicar un estudio revisado por colegas que indicaba la presunta relación entre el autismo y la vacuna contra el sarampión, la rubéola y las paperas.

El hecho de que muchos padres rechazaran la vacuna para sus hijos, según los epidemiólogos, podría llevar a brotes de enfermedades que en algunos casos pueden llevar a la muerte.

Las tasas de vacunación en Gran Bretaña y otros países desarrollados no se han recuperado desde que se publicó la investigación de Wakefield y sus colegas en 1998, además de que hay brotes de paperas en Europa cada año. La enfermedad también podría aumentar en Estados Unidos.

Su estudio, publicado en la prestigiosa gaceta médica Lancet, fue muy desacreditado, pero sólo después de que el regulador de medicina británico descubrió que no cumplió con los estándares éticos para su realización.

Otros estudios evidenciaron que no había relación entre la vacuna y el autismo y un periodista británico reveló que Wakefield recibió un pago de los abogados de padres que sospechaban que sus hijos podrían haber sido afectados por la vacuna.

Wakefield, de 53 años, se mudó a Estados Unidos en 2004 y estableció en Texas un centro para el tratamiento del autismo, donde obtuvo una gran clientela a pesar de no contar con una licencia para ejercer ahí y de que la comunidad médica también se mostraba escéptica ante él. Finalmente renunció este año.

El Consejo General Médico de Gran Bretaña comunicó el lunes su decisión con base en un fallo hecho en enero, que concluyó que Wakefield y otros dos médicos actuaron sin ética y tuvieron una "falta de respeto insensible" con los niños involucrados en su investigación.

El consejo médico dijo que Wakefield tomó muestras de sangre de niños en la fiesta de cumpleaños de su hijo y que le pagó a cada uno cinco libras esterlinas (7,2 dólares al valor actual) e hizo bromas sobre el incidente.

El consejo, que otorga licencias y vigila la práctica de los médicos, lo declaró culpable de una falta grave de conducta profesional y le retiró la licencia para practicar medicina en el Reino Unido.

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