lunes, 14 de marzo de 2011
'Kaspar' y su amiga Eden
El corrreo.com 12.03.11 - 03:19 - PÍO GARCÍA
El robot 'Kaspar' tiene algo inquietante. Los informes dicen que puede sonreír, fruncir el ceño, parpadear, mover los brazos y hasta soltar sonoras carcajadas. Para acentuar su apariencia humana, lo visten con ropas deportivas y le plantan una gorra de béisbol. Tiene el tamaño de un niño y una imponente melena negra. Podría ser la réplica exacta de un chaval, pero... su cara es una máscara, un rostro informe, terso e inexpresivo que parece fabricado por un artesano demasiado tosco. Da un poco de miedo e incluso recuerda aquellas terroríficas películas con muñecos diabólicos, mucha sangre y abundante casquería. Sin embargo, esta máscara es su principal virtud. Porque los científicos de la Universidad de Hertfordshire, junto a la ciudad de Hatfield, en Inglaterra, no han creado a 'Kaspar' para venderlo en las jugueterías, sino para estimular a los niños autistas. Ellos no le tienen miedo: «El robot -dice Ben Robins, uno de sus creadores- es mucho más seguro para ellos, porque es muy predecible y tiene menos que interpretar».
Eden empieza a emocionarse
La niña de foto se llama Eden Sawczenko. Padece autismo. «Hasta ahora, cuando tú le decías que mostrara una emoción, ella solo sonreía», resume su madre, Claire. Eden ha comenzado a jugar con 'Kaspar' y su madre ve la progresión: «Ahora empieza a ajustar la expresión a las emociones». Pero los psicólogos avisan: no es bueno que estos niños se acostumbren demasiado a jugar con robots. Necesitan relacionarse con gente real.
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