MANIFIESTOS DE FEAPS Y EL CERMI CON MOTIVO DEL DÍA INTERNACIONAL DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
10 DERECHOS QUE REIVINDICAMOS COMO CIUDADAN@S
2.- NO QUEREMOS QUE DISCRIMINEN A LAS MUJERES CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL. Las mujeres con discapacidad intelectual estamos discriminadas por ser mujeres y por tener discapacidad. Especialmente se vulneran nuestro derecho a la sexualidad y la maternidad responsable.
3.- QUEREMOS APOYOS DESDE LA INFANCIA. Porque así podremos desarrollar mejor nuestra autonomía personal. Queremos que estos apoyos se adapten a nuestras necesidades y las de nuestras familias.
4.- QUEREMOS EDUCARNOS EN IGUALDAD DE CONDICIONES. Estando incluidos en las escuelas, sin que nos discriminen. Necesitamos más apoyo para que de mayores podamos participar en la sociedad.
5.- QUEREMOS ACCEDER A LA SALUD. Y que los médicos conozcan nuestra realidad para facilitar nuestro acceso a las consultas. Queremos acceder por nosotros mismos y no depender de nuestras familias para ir al médico.
6.- QUEREMOS TRABAJOS NORMALES. Las personas con discapacidad intelectual sufrimos mucho más el paro que las que no tienen discapacidad. Queremos trabajar como los demás, en sitios normales. También queremos acceder a plazas de empleo público.
7.- QUEREMOS QUE SE ATIENDA A NUESTRAS FAMILIAS. Muchas veces nuestras familias también necesitan ayuda para poder vivir su vida. El Gobierno les debería apoyar con los servicios que necesiten.
8.- QUEREMOS DISFRUTAR DE LA CULTURA Y EL OCIO EN COMUNDIAD. Nosotr@s también tenemos inquietudes y queremos crecer como personas, y disfrutar del tiempo libre con amigos y personas que no tengan discapacidad. Por eso queremos poder disfrutar de los libros, las películas y los museos como hacen los demás. Y que no nos discriminen en los lugares de ocio.
9.- QUEREMOS ACCEDER A LA INFORMACIÓN. Tenemos la necesidad y el derecho a informarnos para saber lo que pasa a nuestro alrededor. Sin embargo en nuestro mundo la información no suele ser accesible para nosotr@s. Por eso reclamamos que los Gobiernos, las empresas y los medios de comunicación hagan la información más sencilla para que la podamos entender. Esto beneficiará a muchas otras personas que no tienen discapacidad, pero que tampoco la entienden bien.
10. QUEREMOS VIVIR DE FORMA INDEPENDIENTE: Much@s de nosotr@s trabajamos y ganamos un sueldo, pero no podemos independizarnos, y tenemos que vivir en residencias con horarios y sin libertad. Necesitamos ayudas para poder vivir en pisos de forma normal, como el resto de la gente.
Manifiesto del CERMI Estatal por el Día Europeo de las Personas con Discapacidad No a los recortes: Por los derechos sociales y la continuidad y estabilidad del sector de la discapacidad.
Mantener las conquistas.
La realidad de los recortes.
Los recortes sociales en el ámbito de la discapacidad no son por desgracia nuevos. En muchos ámbitos han venido produciéndose en los últimos tres o cuatro años reducciones significativas de partidas sociales que han hecho desaparecer o comprometido gravemente la sostenibilidad de servicios y dispositivos de apoyo y atención directos a hombres y mujeres con discapacidad y a sus familias, sobre todo los gestionados por estructuras del tercer sector no lucrativo que, a pesar de la actual situación de crisis, han contribuido desde sus entidades a la creación y al sostenimiento del empleo. Estos recortes debilitan los niveles de inclusión social conseguidos con tanto esfuerzo en los últimos tiempos y pueden originar un proceso progresivo de desmantelamiento de recursos y apoyos de consecuencias impredecibles para el bienestar social de las mujeres y hombres con discapacidad y sus familias.
Los recortes sociales en el ámbito de la discapacidad no son por desgracia nuevos. En muchos ámbitos han venido produciéndose en los últimos tres o cuatro años reducciones significativas de partidas sociales que han hecho desaparecer o comprometido gravemente la sostenibilidad de servicios y dispositivos de apoyo y atención directos a hombres y mujeres con discapacidad y a sus familias, sobre todo los gestionados por estructuras del tercer sector no lucrativo que, a pesar de la actual situación de crisis, han contribuido desde sus entidades a la creación y al sostenimiento del empleo. Estos recortes debilitan los niveles de inclusión social conseguidos con tanto esfuerzo en los últimos tiempos y pueden originar un proceso progresivo de desmantelamiento de recursos y apoyos de consecuencias impredecibles para el bienestar social de las mujeres y hombres con discapacidad y sus familias.
Compromiso firme de los poderes públicos.
El nuevo Gobierno que surja de las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011 y los gobiernos autonómicos renovados en gran medida en los primeros mese de este año deben comprometerse firmemente con los objetivos de inclusión de las personas con discapacidad y de sus familias mediante el desarrollo de legislaciones, políticas, estrategias y decisiones reforzadas que mantengan la discapacidad en puestos relevantes y permanentes de la agenda política. La crisis económica y social no puede servir de coartada o pretexto para detener las políticas públicas de discapacidad y menos aún para reducir los derechos sociales o la intensidad de apoyos y recursos que deben recibir las mujeres y hombres con discapacidad para asegurar su proceso de inclusión en la comunidad y un nivel de vida digno.
El nuevo Gobierno que surja de las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011 y los gobiernos autonómicos renovados en gran medida en los primeros mese de este año deben comprometerse firmemente con los objetivos de inclusión de las personas con discapacidad y de sus familias mediante el desarrollo de legislaciones, políticas, estrategias y decisiones reforzadas que mantengan la discapacidad en puestos relevantes y permanentes de la agenda política. La crisis económica y social no puede servir de coartada o pretexto para detener las políticas públicas de discapacidad y menos aún para reducir los derechos sociales o la intensidad de apoyos y recursos que deben recibir las mujeres y hombres con discapacidad para asegurar su proceso de inclusión en la comunidad y un nivel de vida digno.
Por una auténtica autonomía personal. En
especial, la Ley 39/2006 y el Sistema para la Autonomía y Atención a la
Dependencia que esta crea, cuyo despliegue en sus poco más de cuatro
años de andadura ha sido desigual e incompleto, frustrando muchas de las
expectativas despertadas, no necesitan recortes, moratorias o
replanteamientos a la baja, sino un impulso político y presupuestario
decidido para consolidar definitivamente un nuevo dispositivo de
protección social que tiene que dar una cobertura suficiente y digna a
enormes necesidades sociales aún sin respuesta. Todo ello, sin que se
resientan o debiliten las políticas de discapacidad, que es una realidad
más amplia y numerosa, pues la promoción de la autonomía personal y la
atención a la dependencia no puede justificar en ningún caso la
continuidad y ampliación de los recursos y apoyos dirigidos a todas las
personas con discapacidad, estén o no en situación de dependencia o
tengan necesidades de apoyo intensas para la autonomía personal. La
discapacidad y las políticas de discapacidad tienen sustantividad y
perfil propios, y no pueden confundirse o desdibujarse con la atención a
la dependencia, que es solo una parte de las políticas sociales de
inclusión.
Salida inteligente de la crisis.
La superación de la actual crisis económica y de empleo, que sufren las personas con discapacidad y sus familias con mucha mayor intensidad que otros sectores ciudadanos, no puede pasar por la salida fácil de recortar o suprimir los derechos y prestaciones de carácter social, que en España son todavía débiles, inestables y discontinuos. Las necesarias medidas reordenación y racionalización de las estructuras productivas, de las políticas y de las cuentas públicas han de recaer con preferencia en aquellos ámbitos, entornos y estructuras que no solo no generan valor, riqueza y cohesión sociales, sino que han estado y están en el origen de la actual situación de crisis, constituyendo un lastre para el desarrollo sostenible y la creación de empleo.
La superación de la actual crisis económica y de empleo, que sufren las personas con discapacidad y sus familias con mucha mayor intensidad que otros sectores ciudadanos, no puede pasar por la salida fácil de recortar o suprimir los derechos y prestaciones de carácter social, que en España son todavía débiles, inestables y discontinuos. Las necesarias medidas reordenación y racionalización de las estructuras productivas, de las políticas y de las cuentas públicas han de recaer con preferencia en aquellos ámbitos, entornos y estructuras que no solo no generan valor, riqueza y cohesión sociales, sino que han estado y están en el origen de la actual situación de crisis, constituyendo un lastre para el desarrollo sostenible y la creación de empleo.
La permanencia de la visión de derechos humanos.
La forma de abordar la discapacidad es el enfoque de derechos
humanos. Las legislaciones, las políticas y la acción pública hacia las
personas con discapacidad y su entorno familiar han de ir impregnadas de
esta visión de derechos. Este enfoque de derechos humanos tiene su
plasmación política y jurídica en la Convención Internacional sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad de 2006, que forma parte del
Derecho interno, al haber sido firmada y ratificada por España. El
proceso de asimilación de los principios, valores y mandatos de la
Convención debe continuar en los próximos años, ya que su acervo se
proyecta en múltiples frentes y dominios que necesitan revisarse a la
luz del Tratado internacional de la discapacidad. En la próxima
Legislatura, habrá que aprobar un nuevo bloque legislativo de adaptación
y ajustes normativos a las Convención –tanto en el plano estatal como
en el autonómico–, que comprendan esferas como la igual capacidad
jurídica, las leyes civiles, el Código Penal, la legislación educativa,
entre otras.
Movilización cívica.
Movilización cívica.
El CERMI, como organización representativa de las personas con
discapacidad y sus familias, cuya misión consiste en incidir
políticamente allí donde se toman las decisiones, actuará para impedir y
contrarrestar la adopción de medidas, presentes y futuras, que vayan en
contra de la inclusión y las protección sociales de los grupos
ciudadanos más vulnerables, alertando, movilizando y activando sus
estructuras y su capacidad de influencia y presión para la consecución
de estos objetivos irrenunciables.
Coparticipación. En estos momentos en los que un
contexto económico y social tan adverso exige decisiones de gran calado
y alcance, los poderes públicos y los gobiernos deben contar
activamente con los movimientos sociales, como el de la discapacidad, en
la preparación, diseño, implantación y seguimiento de las medidas que
hayan de adoptarse para afrontar la crisis, a fin de que éstas surjan
con la legitimidad ciudadana imprescindible
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