vía autismodiario.org escrito por Daniel Comin
Clasificando la “Diversidad Funcional”
En mi opinión nos hallamos ante una serie de grupos o tipos generales:
- Por una parte el grupo de personas que tienen problemas de movilidad. Ya sean paraplejias, tetraplejias,… Es decir, que no se pueden desplazar sin el concurso de un tercero. Sea este tercero una persona o una silla de ruedas u otro mecanismo que propicie el movimiento. Sus capacidades de interacción social global no están afectadas.
- Luego tendremos a las personas que tienen deficiencias sensoriales graves, ya sean que afecta a la visión o al oído. Sus capacidades de interacción social global no están afectadas.
- Luego tendremos a personas con una movilidad reducida, que aunque presentan autonomía de movimientos, estos serán más lentos y/o condicionados. Y no requieren del concurso de terceros, como mucho de muletas. Sus capacidades de interacción social global no están afectadas.
- A continuación tendremos a personas que debido a algún tipo de enfermedad presentan diferentes niveles de problemáticas. Por ejemplo: Diabetes, problemas renales severos, Esclerosis Lateral Amiotrófica, Parálisis Cerebral, etc,… Sus capacidades de interacción social global no están afectadas.
- En otro grupo nos aparecerán personas que debido a trastornos mentales presentan una problemática en su interacción social, véase Epilepsia, Esquizofrenia, Síndrome de Tourette, Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), Trastorno Bipolar, … Con lo cual sí tienen ciertas restricciones en sus capacidades de interacción social global.
- Otro grupo sería el de personas que tienen problemas en el manejo intelectual, desde niveles leves a severos. Sus capacidades de interacción social global pueden verse afectadas, aunque en determinados niveles estas pueden acabar desapareciendo, y en otros sencillamente requerirán de mucho más tiempo, o incluso del concurso de terceros para poder tener una vida plena.
- En otro grupo tendremos a personas que debido a Trastornos del Neurodesarrollo presentan problemas en la interacción social global, aunque muchos de estos problemas pueden resolverse, si no totalmente sí parcialmente. A su vez, pueden presentar otras comorbilidades que compliquen aun más sus problemas sociales, como pueda ser la Hiperactividad, TOC, u otras enfermedades asociadas como epilepsia, diabetes, etc… Sería el grupo de los Trastornos del Espectro del Autismo. Y presentan diversos niveles de deficiencias en sus capacidades de interacción social global.
- Y un último grupo donde podemos encontrar mezclas de los grupos anteriores u otras problemáticas relacionadas con Trastornos Genéticos los cuales pueden asociar diferentes problemáticas. Pueden presentar muchos niveles en sus capacidades de interacción social global.
En ningún caso me he referido a la capacidad
intelectual, ya que esta debe de ser entendida realmente como un aspecto
puntual de las capacidades de interacción social global. En esta
globalidad incluyo obviamente todos aquellos aspectos que de una forma u
otra nos complican la “pertenencia” de forma “aceptada” al grupo social
mayoritario. Ya sea por modelos diferentes de manejo intelectual, por
problemas puramente físicos que condicionan muchos aspectos de la vida
en grupo, por problemas sensoriales que a su vez también condicionan
este modelo vital, o por problemas de un enfoque “diferente” de los
modelos de interacción con el grupo.
Trastornos del Espectro del Autismo
Se habla mucho sobre los mitos que se usan
habitualmente, de como ciertos prejuicios generan muchos perjuicios. Que
la palabra “Autista” ha acabado usándose como un puro insulto, creando
por tanto un gran problema al grupo de personas que tienen este tipo de
trastorno. Pero otro de los problemas viene dado por el uso y la
generalización del término “Autista” por los profesionales del ramo, por
las familias y por las personas que, en suma, tienen este trastorno. Ya
en Mayo del 2008, publiqué el ensayo “Diferencias entre ser y tener”, donde precisamente intentaba hacer ver que no es lo mismo ser que tener autismo. Esta cuestión, que a priori puede parecer un vulgar problema de léxico va más allá de lo que nos pueda parecer.
El único mito existente a día de hoy sobre el Autismo, es el Autismo en sí mismo.
Cualquier cosa que cualquier persona diga -basada en premisas
obsoletas- sobre el Autismo está equivocada. Y está equivocada porque en
estos últimos años los avances han sido tremendos. La comprensión del
trastorno en sí y los modelos de intervención hacen que una persona con
Autismo que recibe una adecuada intervención en su infancia, acabará
siendo tan rara o tan normal como cualquier otra persona, con un
carácter y personalidad propia. Y aunque ciertamente siga teniendo
ciertas peculiaridades en su forma de ser, éstas no convierten a la
persona en un Autista.
Y hago esta reflexión basada en un sinnúmero de
cuestiones, pero por sintetizar, a día de hoy en el mundo del TEA han
surgido grandes y esperanzadores avances. Cada día se diagnóstica antes,
y por tanto se puede intervenir de forma temprana. Hace tan solo 20
años, un niño con un diagnóstico de autismo estaba condenado a ser un
gran dependiente de por vida. En el autismo se ven afectadas
principalmente (En diversos grados) la comunicación, la capacidad de
interacción social, el procesamiento sensorial y la Teoría de la Mente.
Aunque con una intervención adecuada estas carencias pueden resolverse,
si no al 100% en todos los casos, si en un elevado porcentaje. Y este
hecho excepcional hace que la persona con Autismo rompa con
absolutamente todos y cada uno de los tópicos establecidos. Y será tan
diverso como cualquier otra persona.
Y en el caso particular del Síndrome de Asperger
también están dándose cambios gigantescos. La comprensión más eficaz
sobre el mismo permite dar a estas personas suficientes instrumentos
como para que puedan tener una vida de los más normal. En el hipotético
caso de que a estas personas les pueda interesar tener lo que se
denomina una vida “normal”. La mayor problemática viene dada por los
problemas de comprensión de normas sociales aceptadas y en muchos otros
casos por problemas del procesamiento sensorial -que como una
comorbilidad incrementan los problemas de estas personas-, pero habida
cuenta que todos estos “problemas” son solucionables, nos vamos a
encontrar con una nueva generación de personas que a pesar de el
Síndrome, tendrán vidas totalmente plenas.
Dados estos avances y calidad en la intervención, todas las personas con un Trastorno del Espectro del Autismo
que nazcan a partir de ahora, y a las que no se les prive del derecho
universal y fundamental a tener la intervención adecuada, serán personas
con una vida plena y posiblemente -tengo esa esperanza- mucho más ricas
a todos los niveles que la de las personas “neurotípicas”. Porque aun y
a pesar de todo, sus pequeños matices, esos que les otorgan ese grado
de “diferencia”, son los que les harán realmente especiales en su vida.
Quizá porque determinados roles sociales como el ya famoso “El qué
dirán”, por poner un ejemplo, les va a seguir importando un soberano
bledo, y por tanto, muchas de las restricciones que nuestra sociedad
moderna impone, para precisamente controlar y sofronizar a la población,
no van a ser válidas en este grupo humano. Es por tanto evidente que
sabrán convivir sin problemas y además formar parte de una nueva
generación que pueda ir hacia delante sin la necesidad de la aprobación
de un grupo.
Mitos desde el propio Autismo
Es curioso que en estos momentos se lleve a cabo una
campaña destinada a eliminar los mitos del autismo. Es más, yo mismo me
siento parte de la misma. Pero por otro lado, no estemos haciendo nada
para eliminar los mitos que desde este lado hemos creado. Pero los hemos
creado a modo de protección, como un sistema de mejoría emocional.
Hemos creado mitos amables, preciosos, que aderezamos con bellos poemas y
que no tienen otro propósito que hacer que las familias se sientan
mejor, aunque a la persona con autismo no le resuelva absolutamente
nada. Es más, incluso se han creado grupos sociales, específicos por
supuesto. Que no deja de ser incongruente con la lucha de eliminar las
especificidades.
Por ejemplo: Einstein, Bill Gates, Dali y no sé cuantos personajes famosos más tenían un Trastorno del Espectro del Autismo.
Decir esto implica un modelo de protección emocional, se usa un
parangón de calidad para esconder una situación mala. Mi hijo tiene
autismo, no habla, tiene berrinches,…., pero Einstein tenía autismo, por
tanto el autismo no puede ser tan malo.
Otro más: Los niños con un Trastorno del Espectro del Autismo no mienten.
Lo cual es totalmente falso, ya lo creo que mienten, engañan, modifican
la verdad o la ocultan. Quizá lo hagan con propósitos diferentes a la
mayoría de las personas, pero en suma mienten. La mentira en suma está
muy ligada al desarrollo adecuado emocional y la comprensión de la ya
famosa Teoría de la Mente, pero sobre todo, está ligada a la
comunicación. Si esta es de calidad, antes o después aparecerá la
mentira, el engaño o la ocultación de la verdad, que no deja de ser una
forma de mentir.
Y otra: Los niños con autismo son todos muy cariñosos.
Pues hay de todo, los hay cariñosos y los hay que no. Al igual que el
resto de las personas, las hay cariñosas y afectuosas y las hay que no.
Otra más: El autismo se cura desde dentro.
Que también tiene el carácter emocional, la familia necesita creer que
el niño se va a curar. Es lo que yo denomino la crisis del amor. ¡Este
no era el niño que yo esperaba! ¡Envíenme el que yo pedí! Y por tanto,
necesitan creer ciegamente que existe una cura para que su hijo pueda
encajar en el concepto previo que tenían. Realmente es una de las fases
del proceso del duelo. La pura negación y la búsqueda de la “cura”.
Otra de tipo emocional: Los niños con autismo son ángeles.
Bueno, cualquier niño del mundo puede ser considerado como un ángel. Y
esto no deja de tener el mismo cariz emocional que el aspecto del punto
primero. Pero realmente el quid de la cuestión se basa en que por una
cuestión popular, a todo niño enfermo se le etiqueta como angelito, y a
más grave sea su enfermedad, mayor nivel de “divinidad”. Este tipo de
afirmación, realmente asocia al autismo con una enfermedad, y como ya
sabemos, el autismo NO es una enfermedad.
Hay muchos más, pero por cuestiones de economía los
voy a obviar. Aunque básicamente este tipo de mitos están encaminados a
ayudar a nivel emocional a la familia. Ni resuelven nada, ni mejoran en
nada a la persona con el trastorno. Salvo que en el caso de que sus
padres usen este tipo de afirmaciones emocionales para sentirse mejor y
por tanto en este caso, sí aporten algo de mejoría en la vida del niño,
ya que sus padres tienen una mayor estabilidad. Aunque esta estabilidad
se puede obtener por otras vías más adecuadas.
Otro de los aspectos es la creación de grupos
sociales excluyentes. Y aquí hablo de Asperger. A muchas personas con
Asperger les gusta autodenominarse Aspies, como una
forma de identificarse con un grupo concreto y específico. Yo creo que
es un error, ya que automáticamente crean un modelo de auto-segregación.
Pondré un ejemplo: En uno de mis primeros viajes a los EE.UU., conocí a
un joven muy simpático, en una charla se empeño en hacer valer su
diferencia racial, y me decía que él era Afroamericano y no
Norteamericano. Ante mi perplejidad le pregunté si entonces los Smith,
Jhonson, Swartz,…, ¿eran entonces Euroamericanos? Como es lógico mi
perplejidad se trasladó a mi compañero de tertulia. El propio concepto
de Afroamericano es un concepto que segrega a una inmensa comunidad del
grupo general. Potenciar una diferencia no es más que hacerla más
visible. Va en contra del modelo de igualdad. No podemos ser todos
iguales si te empeñas en hacer valer tu diferencia. Y esto mismo pasa
con las personas con Asperger, que necesitan sentirse parte del grupo,
cosa que por cierto tira al suelo esa tontería de que las personas con
Asperger son antisociales. Pero como tienen problemas a la hora de que
el grupo los acepte, se crean otro y se alejan más aún, fomentando de
forma inconsciente la segregación.
Comprendiendo el nuevo paradigma
Y es que para hacer
cambios debemos primero comprender el cambio. Anticipar las acciones no
es algo exclusivo del Autismo, es algo que tiene cierta aceptación
social. Y para anticipar la acción debemos explicarla previamente y
asegurarnos que esta acción futura ha sido debidamente comprendida.
Es importante ejercer
la labor de formación e información. A su vez, estas dos deben
desembocar en la concienciación del grupo mayoritario, de forma que
entienda que la diversidad enriquece, que la tolerancia nos hace
mejores. Si somos capaces de entender el reto y llevarlo a cabo, este
nuevo paradigma en la comprensión de los Trastornos del Espectro del
Autismo tiene el éxito asegurado, porque, no nos olvidemos, de esa
comprensión dependen también el acceso a una intervención adecuada, al
cumplimiento riguroso de los derechos de estas personas, a no robarles
su futuro.
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